Incluso así, a oscuras, muerto, es bonito. Desde aquí, envuelta su esfera en un círculo de luz, parece un enorme anillo en llamas esperando a la fiera que, saltando, pasará por en medio sin chamuscarse y oirá luego los aplausos de un público entusiasta. A su alrededor, millones de estrellas albergan quizá billones de planetas como éste, con sus maravillas y sus mierdas, como éste.
Los efectos del Cristal empiezan a desvanecerse. Pronto todo será real de nuevo y no tengo ganas de ello. Pero no me queda suficiente droga para morir. Lo he intentado y lo único que he logrado es pillar un globo épico y perder el conocimiento para recuperarlo después, aun sin buscarlo pues perdido estaba mejor. Es lo malo de esta droga permitida para viajes largos: que no mata ni queriendo, la dosis necesaria es imposible de conseguir. Y al recuperar el conocimiento he vuelto a ver lo que una vez fue un planeta lleno de vida y he pensado: no puede ser cierto, es demasiado estúpido, ni el peor guionista sería capaz de escribir algo así. Pero sí, y joder.
"Despierta, ¿lo estás viendo? Tienes que ver esto, tío, tienes que verlo."
Y abrí los ojos y vi como la Tierra era una preciosa canica azul con dibujos pintados en marrón y verde y salpicado de pinceladas blancas aquí y allí, nubes moviéndose despacio. Nada extraordinario, salvo el hecho de que yo estaba a 360 kilómetros de ahí, cumpliendo mí sueño infantil de ser astronauta. Iba a responder a la última voz que oí preguntándole por qué molestaba mi letargia de yonqui cuando lo vi. Sobre Europa y Asia aparecían pequeños destellos, como flashes de una cámara muy lejana. Al principio muy pocos, pero a medida que mi visión se iba aclarando vi que eran muchos. Flashes como en un campo de fútbol en el momento en que la estrella chuta esa falta decisiva, decenas, cientos, miles. Entonces la Tierra se volvió oscura y el marrón y verde fueron substituidos por manchas plomizas que se escampaban lentamente, aunque en realidad, a una velocidad de vértigo. ¿Qué coño? Pensé. No tuve tiempo para responder, la ISS, a la que veía claramente y lo más cercano a humanidad que tenía, empezó a moverse de forma errática, un objeto que cae a cámara lenta, en dirección al planeta. Intenté comunicarme con ellos y no lo logré. Intenté establecer conexión con el puesto de mando y no contestó nadie.
Tardé unos días en perder la esperanza, porque tenemos esa jodida cosa llamada instinto de supervivencia que nos hace mantener ilusiones de que algo pasará y nos salvaremos, que nos hace aferrarnos a un clavo ardiendo antes que caer. Llevo seis días vagando errático alrededor de un planeta que ha perdido frente al cáncer que le invadía desde que apareció durante el Mioceno. No había más misiones tripuladas que la nuestra, la de la ISS, que acabó ardiendo en la atmosfera mientras yo miraba su lenta caída. La nube de polvo y radiación que ha vuelto la Tierra una enorme y fea canica sombría me hace pensar que no ha quedado nada ni nadie vivo. Debe de hacer un frío de cojones allí abajo, casi tanto como fuera de esta pequeña sonda que me mantiene vivo, flotando alrededor del planeta muerto.
"This is Ground Control to Major Tom
You've really made the grade
And the papers want to know whose shirts you wear
Now it's time to leave the capsule if you dare".
De pequeño escuchaba a David Bowie cantar este tema y me emocionaba. También puse esta canción la primera noche que Sara vino a cenar. La tengo aquí, en este archivo de memoria inmenso junto a millones de canciones, cientos de miles de libros, decenas de miles de películas y series de televisión. Todo un paraíso si no fuera porque no tengo dónde volver. El paraíso ahora me parece algo triste y sórdido. Les contaba a mis padres que sería el primer hombre en encontrar vida extraterrestre o en hallar un exoplaneta habitable. El sueño infantil se convirtió en juvenil, creció conmigo y con mis granos de acné y mis pelos en los sobacos y en los huevos. Mis amigos pasaron a querer ser médicos o arquitectos o actores. Yo continué con mi idea. Astronauta. Nada me parecía tan fascinante como viajar por el espacio. Si tuviera una nave potente lo intentaría, pero estoy en una puta sonda en la que apenas puedo estirar las piernas. Ni siquiera tengo un robot simpático con el que hablar, no hay una madre como en el Nostromo de Alien, no hay un Hal9000 como en la Discovery de 2001 a space odyssey o un TRAS como en Interestellar. Ni siquiera un jodido R2D2 que silbe. Yo y mis pensamientos post colocón. Y se me ha acabado la droga. Creo que a pesar de tener alimentos por algunos días, ya solo me queda un remedio.
"This is Major Tom to Ground Control
I'm stepping through the door
And I'm floating in the most peculiar way
And the stars look very different today."
La sonda está dotada con un traje espacial para salir a hacer reparaciones o por si el acoplamiento de regreso al ISS salía mal. No hubo acoplamiento. Mi trabajo era sencillo: subir a la sonda, alejarme del ISS hasta que la señal de radio fallase para comprobar el alcance y volver. Pero la señal falló antes pues la humanidad decidió suicidarse sin mí. Una vez con el traje calzado, se me niegan los ojos de lágrimas. Me acuerdo de algunos paisajes preciosos, del sonido de un río, del danzar de los árboles con el viento, de la lluvia, de algunas canciones, de algunos pasajes y versos. Me acuerdo de Sara, sonriendo, de los amigos, de mis padres y mi hermano pequeño. Qué hijos de puta dejar que todo termine así.
"For here am I sitting in my tin can
Far above the world
Planet Earth is blue
And there's nothing I can do."
No me molesto en hacer caso a las señales, simplemente desactivo los controles automáticos y abro la escotilla. Un ligero empujón y salgo de la sonda. Floto alejándome lentamente de mi lata. La humanidad decidió suicidarse sin mí, pero voy a imitarles, el peor destino es no tener destino. David Bowie se equivocaba, si bien es cierto que no hay nada que pueda hacer, el Planeta Tierra no es azul, es gris ceniza.