Anoche tuve un sueño, iba de camino al bar de Roque donde hacen la sopa de verdura más rica del mundo, si esa sopa que nos hacía la vieja cuando no teníamos un mango para pasar el invierno, por que ya nos habíamos cansado de comer ese guiso de arroz que en realidad era arroz con salsa. Pero bueno, la convicción que tiene una madre para que sus hijos no noten que la están pasando mal mueve el mundo, tiene ese superpoder de transformar una cosa en otra, como las milanesas de pollo que nos hacía los domingos al media ¿te acordas? y años después nos enteramos que eran de mondongo y no nos dábamos cuenta porque con el cariño que la servía convencía a cualquiera, menos a Pedro “el mayor” el sabia que eran de mondongo pero jamas decía nada para no romper la magia que rondaba la cocina, pero también sabía que a la vieja le habían costado 12 horas fregando pisos ajenos sin ningún tipo de derecho laboral que la respalde. Entonces Pedro “el mayor” sabía que eran de mondongo, pero él comía de pollo, por que el amaba el sacrificio que hacía la vieja así como los católicos aman a Jesús, así amaba él a la vieja. yo no era un genio, ami me habían dicho son de pollo y para mi eran de pollo, imagínate que yo un pobre pibe que había sido engañado toda la vida con milanesas de mondongo iba a poder probar la sopa masa rica del mundo. -¿ y después que paso? -me desperté y en el aire había un olor a milanesas, si milanesas de verdad: pollo, pollo, a la vieja la había puesto en blanco.