... y entonces, los escorts robóticos se hicieron tan populares que, los que podían adquirirlos, dejaron de ver a la demás gente.-¡Vaya! ¡Eso suena feo, amiga! -Sí, pero lo peor fue cuando empezaron a bajar de precio y a alquilarse, querida: Ahora sí, TODOS, hombres y mujeres, podían tener uno o dos, no sólo para sexo, lo que era su intención original, sino que se consolaban con ellos, se confesaban, se enamoraban y pasaban el resto de sus días sólos con sus robots. -¿Y así fue como se extinguieron los humanos? -Sí, amiga. Y como nosotros, los escorts, estamos programados para socializar, pues aquí estamos, creando nuestra propia sociedad...