Sinopsis
Los cinco reinos del planeta Arkhon viven tiempos de paz. Sus habitantes adoran al dios Mirkán y sueñan con una mejor reencarnación que les acerque al premio de una existencia en el Mengrial. Sin embargo, una oscura amenaza se cierne sobre ellos: Los Wunts, los espíritus del mal de los que hablan las leyendas, ansían regresar al mundo físico para poseerlos, vivir en sus cuerpos y desterrar sus almas a un lugar de pesadilla. Solo Ariolt, el Primer Mago del reino de Trenz, conoce el terrible peligro y sabe que un muchacho es su única esperanza. Ajeno a lo que le deparará el futuro, el joven Frimm vive con sus padres en una posada del pueblo trenzano de Rothern, donde trabaja y caza co n su arco mientras sueña con un futuro lleno de viajes y aventuras. No imagina que el destino le abrirá las puertas a la magia, el amor y la amistad, pero también a los temores y las responsabilidades. Sanhia, princesa del reino de Trenz, pasa los días en palacio con su padre, el severo rey Gronne, y su despreocupado hermano Bastiak, heredero al trono. Le encanta cabalgar con su yegua Menkhara y tontear con sus numerosos pretendientes. La vida y el amor la harán cuestionarse todo aquello en lo que siempre ha creido. Lejos de Salentum, capital de Trenz, se hallan Karold, un lenguaraz explorador que recorre los reinos con su montura, un arco y una espada; Drunan, un guerrero de la indómita Hankhora atormentado por deseos de venganza, y Tahirah, sanadora, espía y minshal del reino de Suldán. El destino los reunirá a todos para iniciar una aventura increible, incierta y desesperada.
“La senda del arquero” es una novela de escritura elegante y preciosista con personajes potentes, profundos, bien caracterizados y cargados de matices. Todos destilan autenticidad. Las descripciones son brillantes y circulan por una trama entretenida y plagada de aventura, magia y acontecimientos que no dejan de sorprender al lector. La novela tiene un ritmo fluido que engancha desde la primera página, y aunque parece responder a un esquema ya visto en otras ocasiones, joven muchacho de origen sencillo cuya vida sufre un vuelco que le lleva a vivir sucesos extraordinarios, tiene muchos elementos originales que la convertirán en una joya de cualquier biblioteca. Frimm, el protagonista, evoluciona al mismo tiempo que lo hace la historia. Sus tribulaciones y conflictos internos hacen que el lector empatice plenamente con él. Ariolt, el viejo mago, es un personaje cuyo misterio y personalidad le alejan mucho del arquetipo que circula por otras obras. La presencia de otros elementos muy originales, como la recreación del mundo de los wunt, y especialmente la personalidad desconcertante de su emperatriz, Albrur, consiguen enredar al lector hasta hacerle perder la noción del tiempo en cada sesión de lectura. “La senda del arquero” logra que uno se reencuentre con la pasión por la lectura. Se viaja por sus páginas a velocidad de vértigo, la que sólo da el ansia por saber más y más de una historia que engancha desde el principio y con la que se reviven las sensaciones de sagas fascinantes como “Añoranzas y pesares” de Tad Williams o “La espada de la verdad” de Terry Goodkind. En definitiva, “La senda del arquero” es un libro sensacional que lo tiene todo para gustar: personajes atractivos y complejos, intrigas, magia, prosa bella pero eficaz, diálogos naturales y coherentes, una historia plagada de acontecimientos y aventura y todo un manual de magia a la altura de Ursula K. Le Guin y su serie de Terramar. Sin duda, se trata de una novela muy especial que, con el tiempo, llegará a convertirse en un clásico del género de fantasía épica.